agua en el desierto



El stenocara gracilipes es un escarabajo que vive en el desierto de Namibia, uno de los lugares más secos del planeta. Como todos los insectos, necesita del agua para sobrevivir y obtiene ésta a partir de las minúsculas gotas que se producen por la condensación de la humedad del aire a primera hora de la mañana.


Su exoesqueleto posee una estructura recubierta de protuberacinas en forma de cúpula dispuestas de forma hexagonal. Las nano gotas del rocío se condensan en el extremo liso de las protuberancias y, al acumularse, caen por el caparazón en pendiente recubierto de cera directamente a la boca del insecto.


En realidad, se trata del mismo mecanismo que utiliza el invento ganador de los premios James Dyson de este año. Una solución planteada por Edward Linacre, de la Univesidad Tecnológica de Melbourne, que pretende hacer frente a la enorme sequía que afecta a Australia. Una buena idea, copiada del mundo animal, capaz de obtener agua en lugares donde no existe en la superficie.

Airdrop, así se llama el invento, parte del principio de que hasta el aire más seco contiene moléculas de agua que pueden ser recolectadas disminuyendo su temperatura hasta el punto de condensación.

El artilugio bombea el aire fresco procedente de unos tubos enterrados para enfriar una superficie donde se condensan el agua. Las gotas que se van formando resbalan hasta llegar a las raices de las plantas.

El invento es capaz de extraer hasta 11,5 ml de agua por cada m3 de aire del desierto más seco. Aunque todavía tiene limitaciones, el inventor aprovechará el premio de 14.000 dólares para mejorarlo y haciendo que muchos terrenos afectados por la sequía puedan ser cultivables. Actualmente funciona con energía solar, aunque versiones futuras podrían usar también energía eólica.






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