Al oreo de la huerta valenciana, en esa fértil confluencia entre lo agrícola y lo urbano, ha echado sus raíces 2T-Huerting. La idea surgió directamente de un "catálogo de soluciones antricrisis" elaborado por Josep Tamarit, diez años trabajando en el campo de la arquitectura del paisaje, y algunos menos estrellándose contra la "nueva realidad económica"
"Habíamos llegado un punto en que lo superficial y lo ostentoso se había apoderado de los espacios públicos. La banalidad lo había inundado todo y lo había hecho sin responder a las necesidades reales, sin planes de futuro, sin pensar en los costes y en el mantenimiento. No podíamos seguir haciendo las cosas así, y en ese sentido la crisis ha sido una bendición".
La crisis ha despertado la vena más creativa y "revolucionaria" de este arquitecto paisajista de 35 años, natural de Albuixech. Desde su cálido terruño, bañado por el Mediterráneo, ha oteado eso que él mismo llama "la revolución de la lechuga" y que ha decidido impulsar con grandes dosis de idealismo práctico.
Huertos de ocio públicos y privados. Huertos comunitarios. Huertos corporativos. Huertos escolares. Huertos terapéuticos. Huertos de integración social. Camas de cultivo en las azoteas. Mesas de cultivo en los balcones. Alcorques comestibles en las calles
Menú
El menú de 2T-Huerting, algo más que una consultoría de agricultura urbana, es tan ancho como el horizonte. Y la "visión" de Josep Tamarit ha empezado a tomar cuerpo
En Torrent ha contribuido a uno de los primeros proyectos de 'Huertos Compartidos' ("tú cultiva y yo te dejo el terreno"). En Rocafort acaba de concluir un huerto de ocio y autoconsumo que pretende convertir el cultivo en algo "accesible, atractivo y funcional". En Córdoba se ha involucrado en el ambicioso proyecto social de 'Te Pongo un Huerto'
"Las razones económicas son muy poderosas, pero creo que lo que está ocurriendo en las ciudades es un auténtico cambio de conciencia", asegura Tamarit. "Pienso que asistimos a una auténtica revolución del verde urbano
La jardinería ha muerto. Lo caro y lo ornamental ya no nos sirve. Los parques en la ciudades se transformarán hacia lo agrícola o lo forestal".
"La agricultura urbana, bien interpretada, será la alternativa a la agricultura convencional y acabará siendo fundamental para garantizar la seguridad alimentaria en nuestras urbes", asegura el arquitecto valenciano. «Desde su humildad, lo agrícola puede transformar de paso la cultura urbana y cambiar radicalmente nuestra forma de vivir y relacionarnos».
Josep Tamarit concibe precisamente los "espacios huerto" como herramienta de cambio cultural: "El hecho de cultivar y tener un contacto directo con la tierra nos transforma como individuos. Y sirve también para crear comunidades y contribuir de algún modo a una sociedad mejor".
La huerta valenciana
Tamarit nos lleva a tomarle la medida a lo que se cuece en la huerta valenciana con una fugaz visita a 'Sociópolis, con más de 300 huertos urbanos extendiéndose a la pies de las torres residenciales. Allí nos encontramos con María José Palacios (madre e hija), azadón en mano, trazando surcos en su terrenito de 100 metros cuadrados donde cultivan zanahorias, patatas, lechugas, tomates y hasta melones. El calor pega fuerte y las dos reconocen: "Nada se puede comparar al sabor de lo que cultivas con tus propias manos
Aunque esto es más duro de lo que parece".
Pedaleando desde Valencia por la antigua Vía Churra, se llega hasta los 'bicihuertos' de Meliana, donde la norma es la agricultura ecológica y las emisiones cero (siempre que se pueda). Manuel Martín, 59 años, suele llegar en bici pero hoy se ha venido con el coche para cargar con la cosecha: de los calabacines gigantes a las alcachofas, pasando por las acelgas, las espinacas, los rábanos y las fresas.
"Con lo que me da el huerto no necesito comprar verdura durante seis meses", admite Manuel, que reconoce que el cultivo para el autoconsumo es tal vez lo más revolucionario que se puede hacer hoy en día. "Para mí ha sido como un doble reencuentro: con la lucha social y con las labores del campo".
Pedro Amigo, cofundador de los 'Bicihuertos', admite que las peticiones han superado sus mejores previsiones. Empezaron alquilando parcelas de 50 metros cuadrados, pero los terrenos se les han quedado pequeños en poco más de un año. Sin salir del carril-bici podemos comprobar cómo se extiende prodigiosamente el manto de la huerta, con su sucesión de alquerías, acequias, ermitas y casetas. Comprobamos también los estragos del hormigón durante la fiebre del ladrillo, y esa 'tierra de nadie' en la que han ido surgiendo chamizos y construcciones dudosas
"La huerta, si la descuidas, puede tender a la precariedad y a la marginación", advierte Josep Tamarit. "Por eso hay que pensar en los espacios-huerto como en infraestructuras socio-agronómicas, en espacios públicos plenos con un potencial tremendo".
Expansión
El creador de 2T-Huerting trabaja ya mano a mano con varios ayuntamientos de la comunidad valenciana y de Andalucía para avanzar hacia esa visión de parques comestibles y avenidas agrícolas. Entre tanto, trabaja también con organizaciones sin ánimo de lucro como Cocemfe y Bona Gent, para facilitar agricultura "accesible" a los discapacitados, o con World Vision, para el desarrollo de huertos familiares en Bolivia.
Sus raíces las tiene sin embargo bien presentes: Almássera, Benimaclet, Alboraya, Burjassot, Alaquás
"La huerta valenciana se tiene que sostener. En la orla urbana tenemos este auténtico vergel comestible, y la crisis ha creado precisamente esta oportunidad para valorar y dar forma a lo que tenemos. Si la Administració no lo entiende, la Ciudad Huerto seguirá su curso, y será la propia gente quien empiece a hacerla realidad con sus normas y sus leyes".
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