Las semillas de las plantas heredan los recuerdos de sus madres




Las semillas de las plantas heredan los recuerdos de su madre sobre la temperatura ambiente para elegir el mejor momento de la germinación y favorecer la dispersión de la especie.

Las semillas permanecen en un estado de latencia, un bloqueo temporal de su crecimiento, siempre que las condiciones ambientales no sean ideales para germinar. La profundidad de este sueño, que está influenciado por varios factores, se hereda de sus madres, han descubierto investigadores de la Universidad de Ginebra (UNIGE). 

La latencia se implementa durante el desarrollo de semillas en la planta madre. Esta propiedad permite que las semillas germinen durante la buena temporada, para evitar que todas las crías de una planta crezcan en el mismo lugar y compitan por recursos limitados, y promueve la dispersión de las plantas. Las semillas también pierden su latencia en diferentes momentos. 

En un artículo publicado en la revista eLife, los investigadores suizos revelan cómo se transmite esta impresión materna gracias a pequeños fragmentos del llamado ARN "interferente", que inactiva ciertos genes. 

Los biólogos también revelan que un mecanismo similar permite transmitir otra huella, la de las temperaturas presentes durante el desarrollo de la semilla: cuanto más baja es esta temperatura, más alto es el nivel de latencia de la semilla. 

Este mecanismo permite a la semilla optimizar el momento de germinación. Luego, la información se borra en el embrión brotado, para que la próxima generación pueda almacenar nuevos datos sobre su entorno.




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