A la crisis energética, tenemos que sumar el cambio climático, con estos dos jugadores sobre la mesa, la crisis alimenticia es un hecho.
Sin combustibles fósiles seremos incapaces de producir el volumen de alimentos necesarios para alimentar a siete mil millones de personas. Conforme la energía de origen fósil se encarezca, el precio de los alimentos subirá. Sobre este punto Dale Allen Pfeiffer escribió, hace ya años, un artículo muy esclarecedor.
En cuanto al efecto del cambio climático es algo obvio. Las sequías asolan zonas cada vez más extensas del mundo, como la que está hundiendo el mercado agrícola en China este año, o terminan con cosechas completas por lluvias torrenciales o tormentas no esperadas. Este artículo de Fast Company analiza el impacto del cambio climático en la agricultura y hace una proyección de la subida de los precios de los alimentos básicos en los próximos 20 años.
¡Aterrador!
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